C.S. Lewis |
En 1943, C.S. Lewis escribió un libro con el mismo título que este artículo. En ese año, la segunda guerra mundial estaba en pleno desarrollo, pero el libro no trata sobre la guerra, sino sobre cuestiones más fundamentales, como la degradación moral del hombre, que entonces estaba muy avanzada y que ha empeorado hasta nuestros días. Así explica Lewis esa degradación:
Consideremos todo lo que se refiera a lo que deberíamos hacer (los imperativos morales) como una simple supervivencia psicológica interesante: dejemos eso y empecemos a hacer sólo lo que nos gusta. Decidamos nosotros mismos qué debe ser el hombre y convirtámoslo en eso: no porque imaginemos que eso tiene algún valor, sino porque queremos que sea así. Habiendo dominado nuestro entorno, dominémonos a nosotros mismos y elijamos nuestro propio destino.
Sólo cinco años más tarde, pareció
que el hombre no iba a caer en esa trampa. El 10 de diciembre de 1948, las
Naciones Unidas promulgaron la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que detallaba una serie de imperativos
morales que debían cumplirse, porque el hombre es
hombre. Tres cuartos de siglo más tarde, algunos de esos artículos
no se cumplen, y la abolición del hombre parece más cercana:
Artículo 3:
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona.
Excepto los niños no nacidos (aborto
provocado), algunos de los ya nacidos (infanticidio), así como personas de edad
avanzada a quienes se aplica la eutanasia sin su consentimiento.
Artículo 11.1:
Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en
el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Los medios de comunicación, los partidos
políticos y los parlamentarios han acabado con la presunción de inocencia en
muchos países de Occidente.
Artículo 18:
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de
creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la
enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
En España se ha añadido un artículo
al Código Penal para encarcelar a los que rezan delante de las clínicas
donde se practican abortos. El último apartado del artículo dice esto: En la persecución de los hechos descritos en este
artículo no será necesaria la denuncia de la persona agraviada ni de su
representación legal. También se atenta contra la libertad de
conciencia del personal sanitario, presionándoles para que realicen abortos y eutanasia.
Artículo 19:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este
derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar
y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión.
Que se lo digan a las personas que
no están de acuerdo con la ideología dominante y se atreven a expresar su opinión
en las redes sociales. Lo menos que les pasará es que les cierren la cuenta. A
algunos, hasta
los llevan a los tribunales.
Artículo
26.3: Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que
habrá de darse a sus hijos.
Al presentar la nueva ley de
educación del gobierno social-comunista español, y ante las protestas de muchos
padres por el adoctrinamiento ideológico al que esa ley somete a sus hijos, la entonces
ministra de educación dijo esto: Los hijos no
pertenecen a sus padres. No se puede decir más
claro: para ese gobierno español, el artículo 26.3 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos no existe. En el libro que comentamos, Lewis lo había
previsto:
La diferencia entre la educación antigua y nueva
será importante. Donde la antigua iniciaba, la nueva simplemente 'condiciona'… En
una palabra, la antigua era una especie de propagación: seres humanos
transmitiendo hombría a seres humanos; la nueva es sólo propaganda… Nos reímos
del honor y nos sorprende encontrar traidores entre nosotros. Castramos y
pedimos que los castrados sean fructíferos.
Artículo
30: Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere
derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
A pesar de este artículo, los gobiernos
de muchos países de Occidente se saltan a sabiendas todos los días varios de
los artículos, convirtiendo la Declaración en papel mojado, y no pasa nada. Esto
se hace, a pesar de que varias de las afirmaciones de la ideología dominante se
oponen frontalmente a la ciencia. ¿Qué ha sido de los derechos humanos, de
la democracia, y del respeto a la ciencia y a la razón? C.S. Lewis lo vio muy
claro en 1943:
Porque el poder del hombre para hacer de sí
mismo lo que le plazca significa… el poder de algunos hombres para hacer a
otros hombres lo que les plazca.
¿Vamos a dejar que se sigan transgrediendo los derechos humanos en aras de una ideología irracional? ¿Vamos a permitir que se consume la abolición del hombre?
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Manuel Alfonseca
Os deseo felices vacaciones. Nos vemos en septiembre.
Me ha gustado mucho esta versión de Manuel Alfonseca como activista pro derechos humanos. Felices vacaciones también para ti y los tuyos.
ResponderEliminarVerdaderamente el tema es muy serio, llevamos camino de la abolición y degradación humana. Pero si no se respeta ley natural es difícil que se respeten leyes humanas. Todo se andará. Muchas gracia por tanta claridad. Manuel
ResponderEliminar"La abolición del hombre" es un libro increíblemente lúcido y profético.
ResponderEliminarLa última frase que citas tiene otra versión en el mismo libro: Lo que llamamos el poder del Hombre sobre la Naturaleza se revela como un poder ejercido por algunos hombres sobre otros con la Naturaleza como instrumento.
Es decir, el progreso técnico puede buscarse para mejorar la vida de la humanidad (que es la versión correcta, pero un tanto ingenua, que se suele enseñar). Pero el progreso técnico puede buscarse también por una motivación menos confesable: para lograr el dominio de unos hombres sobre otros hombres. Y esto es de hecho lo que ocurre con infinidad de desarrollos tecnológicos.
Y en otro lugar (en este caso no recuerdo las palabras exactas) dice que cuando se niegan los ideales morales la consecuencia inmediata es acabar como esclavos de las pasiones, de los deseos instintivos, porque desaparece cualquier razón para moderar los instintos (o sea, para educarse a uno mismo y a los que están bajo nuestra responsabilidad). Los gobernantes mismos, cuando no buscan el bien de sus gobernados, acaban también esclavos de sus propias ambiciones.
Cierto. Por si os interesa, esta es mi crítica de este libro en Goodreads: https://www.goodreads.com/review/show/4718600833
EliminarMe ha gustado mucho esta versión de Manuel Alfonseca como activista pro derechos humanos. Felices vacaciones también para ti y los tuyos.
ResponderEliminar[Gracias, Felipe] [Feliz verano a todos]