Ray Bradbury |
Ray
Bradbury escribió un relato titulado El Hombre (The Man) que puede resumirse así:
En su
expansión por la galaxia, la especie humana encuentra muchas inteligencias
extraterrestres. El capitán de una nave interestelar terrestre llega a un
planeta lejano y oye hablar de algo que ha ocurrido allí recientemente. Poco a
poco va descubriendo que Dios se ha hecho hombre en ese planeta y les ha
concedido la Redención, aunque no en forma cruenta. El capitán quiere
conocerle, ponerse en contacto con él, pero ya es tarde: se ha marchado (o al
menos, eso cree). Entonces el capitán decide dedicar su vida a recorrer otros
planetas con la esperanza de encontrar a Cristo en alguno de ellos.
Narciso Ibáñez Serrador adaptó este relato para la radio, y al hacerlo cambió algunas cosas: el título, por ejemplo, que pasó a ser El triángulo, y la forma de la Redención: matan al Redentor clavándole en un triángulo, en lugar de una cruz.
Aunque
en la versión original de Bradbury no está claro si los extraterrestres están
sometidos al pecado original, en la adaptación radiofónica se da por supuesto
que sí. Además, se supone que cada planeta necesita de una Redención, que no es
válida para todos ellos a la vez.
La
Iglesia Católica no ha tomado postura oficial respecto a estas cuestiones. No
tiene por qué hacerlo, puesto que ni siquiera sabemos si existen extraterrestres.
Pero algunos teólogos han estudiado el asunto, y sus opiniones pueden
clasificarse así:
- Unos opinan que el pecado
original es una cuestión local, por lo que podría haber extraterrestres que no estén sujetos a
él. Otros creen que se trata de una cuestión global, que afecta a todos los pobladores
inteligentes del cosmos.
- Unos piensan que cada especie de
extraterrestres que estén sometidos al pecado original necesitan ser
redimidos independientemente de los demás. Otros creen que una sola
Redención vale para todos, y que no es preciso que Cristo se encarne en
cada uno de esos planetas, como en el relato de Ray Bradbury. Entiendo que
esta última postura tiende a ser mayoritaria, y que se apoya en el hecho
de que la existencia en la Tierra de razas de seres humanos que
permanecieron aisladas durante siglos no obsta para que la Redención de
Cristo, que tuvo lugar en Oriente Medio, se aplique a todos. Claro que quizá
existan varias especies inteligentes en la galaxia, pero las distancias
desmesuradas entre las estrellas los mantenga separados para siempre.
En cuanto al pecado original, la doctrina de la Iglesia Católica se basa sobre todo en el capítulo 5 de la epístola a los Romanos de San Pablo, más que en el capítulo 3 del Génesis. En su libro En el principio (titulado también Creación y pecado, 1996), Joseph Ratzinger (elegido Papa en 2005 con el nombre de Benedicto XVI) dice esto:
El
hombre es relación… pecado significa romper y destrozar esta relación. Pecado
es negación de la relación, porque quiere hacer del hombre un dios… Por ello,
el pecado… afecta a los otros, pervierte al mundo y lo destroza… Si el conjunto
relacional del hombre está trastocado desde el principio, cada hombre ingresa
desde entonces en un mundo afectado por una perturbación de la relación… Cada
uno de nosotros entra en una trama en la que las relaciones están falseadas.
En su libro Benedict XVI: Defender of the Faith, (2022) Joseph Pearce califica estas palabras de Ratzinger como una exposición brillante de la realidad práctica y las consecuencias del Pecado Original, y añade: Es difícil imaginar una explicación mejor y más penetrante de la doctrina y la presencia práctica del Pecado Original.
Se observará que este texto de Ratzinger, que recopila cuatro homilías que pronunció en 1981, cuando era arzobispo de Munich, no aborda ninguna de las interpretaciones mencionadas más arriba y es compatible con todas ellas.
En
resumen: la cuestión de cómo afectan cuestiones como el pecado original y la
Redención a hipotéticos extraterrestres es, por el momento, un tema para la ciencia-ficción, más que un problema teológico, filosófico o
científico.
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Manuel Alfonseca
Y están también los teólogos (Y los creyentes) que pensamos que el Pecado Original es una falacia y que la "inclinación al mal" del ser humano no es fruto de ningún pecado sino consecuencia lógica del libre albedrío.
ResponderEliminarLo extraño no es la inclinación al mal (Al egoismo absoluto) sino que se haya desarrollado tan fuertemente una inclinación a la ética y al bien.
Es la única especie animal que lo ha hecho y debe ser por algo...
Tal parece que, según usted, otras especies animales están inclinadas al mal. Nunca nadie ha afirmado tal cosa. El bien y el mal son conceptos humanos. Ambas necesitan explicación.
EliminarEl hecho de que haya utilizado esa firma parecería indicar que usted piensa que su posición es herética.
Utilizo la firma esa por que es la que tengo y me es más cómodo.
EliminarSuelo tener planteamientos heréticos en temas religiosos pero en este caso desconozco si mi posición es herética o no y ciertamente no creo que sea relevante.
Cuando hablo de que ninguna especie más que la humana está inclinada al mal es porque cuando otras especies cometen actos que si los cometiera un humano o humana pensaríamos que son malvados (Por ejemplo cuando un leon macho mata a los cachorros de una manada de leonas para que las leonas se pongan de nuevo en celo) no ve en ello ningúna trascendencia moral y sin embargo el ser humano macho si hiciera lo mismo, no sólo no pondría a la hembra en celo, sino que la hembra y el resto de la población lo vería como un acto horriblemente malvado.
Aunque ambos actos puedan parecer iguales no lo son, porque uno está cometido por una persona con conciencia del bien y el mal y con libre albedrío y el otro no.
El otro actua por instinto; libre de condicionamiento moral.
Por eso niego el Pecado original (Y esto sí puede ser una opinión herética, a menos para algunas religiones cristianas. De hecho lo es con la católica), porque ese condicionamiento moral, propio del ser humano y el libre albedrío que le acompaña, no deberían ser considerados pecado.
El pecado se comete cada vez que con ese libre albedrío violamos el condicionamiento moral pero la capacidad de hacerlo no es ninguna causa de pecado.
Decir que la inclinación al mal es natural, viene a ser lo mismo que decir que el pecado original es una condición global aplicable a todas las especies inteligentes del universo. Existen maneras de hacer que esta versión no sea herética.
EliminarPor cierto, cuando un león macho se apodera de la pompa de otro león macho y le expulsa, no mata a sus hijos para que la hembra se ponga en celo. Expulsa a los machos jóvenes casi maduros, que podrían competir con él. Las hembras de cualquier edad pueden permanecer en la pompa, y más pronto o más tarde acabará acoplándose con ellas. El sistema de pompas de los leones está calculado muy "ingeniosamente" para evitar el incesto, porque si el macho dominante anterior permaneciera más tiempo en su pompa, acabaría acoplándose con sus propias hijas. Pero antes de que tenga tiempo para ello, llega otro macho, lo expulsa y lo sustituye.
Muy interesante. Podríamos decir también que los libros de ciencia ficción sirven para recoger ideas y argumentos que en la literatura habitual no tendrían cabida. Aunque fuese una novela de ficción, sin extraterrestres, no hallarían salida.
ResponderEliminarSi es de señalar la búsqueda de redención, búsqueda del ser humano.
No creo que haya inconveniente que si dios existe pudo haber hecho otros planetas con otros seres vivos extraterrestres de diversas especies , la creación no tenía porque haber sido sólo en la tierra porque sino sería un desperdicio de universo.
ResponderEliminarCierto, aunque lo del desperdicio es arriesgado, porque no sabemos.
EliminarMuy buen artículo cuando llegué casa lo voy a postear en mis redes sociales. El Profesor y, yo que hemos leído un poco del tema hemos visto de todos. Desde extraterrestres buenísimos como algunos de Bradbury, y los marcianos de C.S. Lewis y, también malísimos como los extraterrestres satánicos de James Blish aunque su teología fuera muy deficiente. Se ve que Anthony Boucher no lo ayudó mucho en eso. Los más malos que he visto los "The Sparrow" de Mary Doria Russell. La expedición a Alfa Centauri acaba tan mal como la de los jesuitas en el Canadá francés. En cuanto a la existencia de los extraterrestres soy agnóstico.
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