Jacques Monod |
Cuando
no sabemos por qué sucede algo, solemos decir que se debe al azar. Pero esta afirmación es ambigua, porque no hay
un solo tipo de azar, sino dos:
- El azar epistemológico, en el que lo que ocurre tiene causas
perfectamente reconocibles, pero tan complejas que quedan fuera del
alcance de nuestro conocimiento. Casi todos los juegos de azar (dados,
ruleta, el bombo de la lotería) son ejemplos de este tipo de azar. Tirar
un dado se ajusta a las leyes de la mecánica, pero las condiciones son tan
complejas, que nos resulta imposible predecir el resultado de cada tirada.
Este tipo de azar es el que Jacques Monod
llamó incertidumbre operacional en su libro El azar y la necesidad (1970):
Se emplea este término… a propósito del juego de dados, o de la ruleta, y se utiliza el cálculo de probabilidades para prever el resultado de una jugada. Pero estos juegos puramente mecánicos y macroscópicos, no son «de azar» más que en razón de la imposibilidad práctica de gobernar con una precisión suficiente el lanzamiento del dado o el de la bola. Es evidente que un mecanismo de lanzamiento de muy alta precisión es concebible, y permitiría eliminar en gran parte la incertidumbre del resultado… Ocurre igual, como se verá fácilmente, en… numerosos fenómenos en los que se emplea la noción de azar y el cálculo de probabilidades por razones puramente metodológicas.
- El azar ontológico o azar físico, que no se debe a nuestro
desconocimiento, sino que corresponde a un verdadero indeterminismo. Monod
lo llama incertidumbre esencial,
y lo describe así:
Es el caso, por ejemplo, de lo que se puede
llamar «coincidencias absolutas», las que resultan de la intersección de dos
cadenas causales independientes una de otra. Supongamos, por ejemplo, que el
Dr. Dupont sea llamado urgentemente para visitar a un enfermo, mientras que el fontanero
Dubois trabaja en la reparación urgente de la techumbre de un inmueble vecino.
Cuando el Dr. Dupont pasa por debajo del alero del inmueble, al fontanero se le
cae inadvertidamente su martillo, cuya trayectoria (determinista) es
interceptada por la del médico, que muere con el cráneo roto. Decimos que no hubo suerte. ¿Qué otro término emplear para un acontecimiento así,
imprevisible por su misma naturaleza? El azar aquí debe evidentemente ser
considerado como esencial, inherente a la independencia total de las dos series
de acontecimientos cuyo encuentro produjo el accidente.
Según
la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica, debida sobre todo a Niels Bohr, la física de las partículas elementales no es
determinista, sino aleatoria, con indeterminismo físico. Si esto es verdad (todos
los intentos de descubrir variables ocultas que convertirían el indeterminismo
físico en epistemológico han fracasado), el cosmos parece ser intrínsecamente
probabilístico, y su evolución sólo se puede seguir de forma estadística.
Werner Heisenberg |
El principio de incertidumbre de Heisenberg nos proporciona una posible fuente
adicional de azar, al señalar que es imposible conocer dos propiedades de la
materia (energía-tiempo; posición-momento) con precisión absoluta. Si conocemos
una de ellas con una precisión enorme, la otra automáticamente se nos escapa de
las manos. Pero esto significa que cierto tipo de sistemas, llamados caóticos, aunque puedan ser deterministas, se nos
convierten automáticamente en sistemas sometidos al azar. Veamos cómo.
Un sistema caótico es aquel cuya evolución, a partir de dos
condiciones iniciales casi idénticas, al cabo de cierto tiempo le hace pasar a dos
estados muy diferentes entre sí. Hablé de ello en este artículo.
Ocurre que muchas de las leyes físicas que conocemos dan lugar a
comportamientos caóticos. Por lo tanto, si en uno de estos sistemas partimos de
dos condiciones iniciales diferentes, pero que difieren en menos del límite
establecido por el principio de incertidumbre, no podremos predecir el estado
final de ese sistema al cabo de cierto tiempo. ¿Es esto azar? Y si lo es, ¿es
azar epistemológico, o azar físico?
Algunos
piensan que es una forma de azar epistemológico,
puesto que se nos dice que no sabemos predecir el resultado. Pero otros piensan
que se trata de azar físico, pues al revés de lo que
explica Monod al hablar del azar epistemológico, la imposibilidad no es práctica, sino teórica.
En artículos
anteriores he señalado que el azar podría no existir, o al menos ser
compatible con el diseño. Cuando se dice esto, se suele interpretar que la
palabra azar se refiere exclusivamente al que aquí hemos
llamado azar
ontológico, azar físico, o incertidumbre esencial, ya que, como he señalado más arriba, el azar epistemológico
no es verdadero azar, sino que hace referencia a nuestra ignorancia. En el
próximo artículo elaboraré un poco más esta idea.
Hilo: Evolución Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Dedicado a José Manuel Ramos Gascón, que me sugirió este artículo
Excelente artículo, uno más, de Manuel Alfonseca. Y excelente iniciativa la de José Manuel Ramos Gascón, al sugerirle lo escribiera.
ResponderEliminarPor mi parte, no puedo evitar la tentación de aportar esta otra fuente sobre el asunto en cuestión: Jorge Wagenberg, “Ideas sobre la complejidad del mundo”. (Barcelona: Tusquets Editores, 1985):
• «¿Es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza?» (pág. 22)
• «Sentenciemos solemnemente: sea el azar epistemológico (el azar con minúscula) el nombre que damos a nuestra ignorancia —léase leyes insuficientes, débil potencia de cálculo, torpes observaciones— y sea el azar ontológico (el Azar con mayúscula) una entidad metafísica que representa la contingencia pura que actúa ciegamente en el universo. El azar es concepto del conocimiento y el Azar lo es de las cosas y de los sucesos en sí» (pág. 67)
De hecho, José Manuel me sugirió que comentara el libro de Wagenberg, pero decidí comentar el de Monod, porque es más antiguo y más famoso.
EliminarHola Profesor esto lo podemos discutir en nuestra correspondencia. A tenor de lo que he leído en el artículo ¿la providencia entraría en el azar ontológico? Atentamente Fonch.
ResponderEliminarDe eso hablo en el artículo siguiente.
EliminarJose Paulino Lozada
EliminarSi entiendo bien, en estas conversaciones llegaremos a vislumbrar, aunque de manera difusa, si hay relación entre el azar y la providencia divina.
De eso hablo en el artículo siguiente. :-)
EliminarEl mundo es muy complejo, quizás es mejor dejarlo seguir a su ritmo y nosotros tranquilamente en él. El azar es muy complejo como vemos.
ResponderEliminarOjalá algún día se logre entender que es necesaria la espiritualidad para ser completo porque ese empeño en reducirnos a primates de la cuna a la tumba me parece muy limitante y nihilista
ResponderEliminar