El error científico de Matrix

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Empecemos por un resumen del argumento de la famosa película de ciencia-ficción Matrix, dirigida en 1999 por los hermanos Wachowsky y origen de una trilogía:

Durante el siglo XXI, como consecuencia de una guerra total entre los seres humanos y las máquinas con inteligencia artificial, los humanos son vencidos. A consecuencia de la guerra, la Tierra es presa de un invierno nuclear y la luz del sol no puede llegar a su superficie. Para encontrar una fuente de energía alternativa, que necesitan para asegurar su funcionamiento, las máquinas recogen a los seres humanos supervivientes y los mantienen en estado de animación suspendida para extraer energía de sus cuerpos, distrayendo sus mentes con un programa de realidad virtual (Matrix) que les hace vivir en un mundo parecido al de 1999. Algunos seres humanos escapan de ese destino y llevan a cabo una guerra de guerrillas contra las máquinas, utilizando los algoritmos de Matrix para obtener superpoderes en el mundo de la realidad virtual. Uno de los humanos libres (el protagonista, un hacker excepcional representado por el actor Keanu Reeves) consigue manipular el programa de Matrix, y al final de la película es saludado como el elegido, que ha sido enviado para salvar a la humanidad de la esclavitud a la que le han reducido las máquinas.

Durante los últimos cursos en que di clase, solía plantear a mis alumnos el siguiente problema:

¿Cuál es el error científico más importante de Matrix?

No fueron muchos los que lograron resolverlo. Y, sin embargo, el error salta a la vista. Al menos, así me lo parece. Veamos cuál es la solución:

·         El cuerpo humano no es una fuente de energía, sino un sumidero. Para mantenerlo vivo, es preciso proporcionarle cada día cierta cantidad de energía (la suficiente para mantener el metabolismo basal) que suele calcularse, en media, en unas 2000 kilocalorías por día. Esa energía la obtenemos de los alimentos.

·         Para mantener vivos a los seres humanos, las máquinas tendrían que proporcionarles cada día una energía aproximadamente igual al producto del metabolismo basal medio por el número de seres humanos en estado de animación suspendida. Con otras palabras, tendrían que darles alimentos. Los seres humanos desempeñarían el papel de intermediarios, de transductores de energía química (la de los alimentos) en energía calorífica, que a su vez luego se transformaría en energía eléctrica. Pero sabemos que no hay procesos termodinámicos perfectos, por lo que en cada paso intermedio de la transformación se desperdiciaría energía.

·         Para las máquinas sería mucho más práctico prescindir por completo de los seres humanos y transformar directamente, por medios químicos, la energía de los alimentos en energía eléctrica. Así podrían eliminar dos pasos de la conversión de energía, lo que aumentaría enormemente la eficiencia del proceso.

·         Para colmo, obtendrían también ventajas adicionales, como la eliminación definitiva del peligro que supondrían los seres humanos que, como el protagonista, escapaban de su control y se convertían en enemigos peligrosos. Tampoco tendrían necesidad de mantener costosos dispositivos para mantenerlos en estado de animación suspendida, y el soporte informático del sistema de realidad virtual, que por otra parte también consumirían energía, reduciendo aún más la eficiencia del procedimiento, que probablemente llegaría a ser ridícula, si no negativa.

·         Finalmente, no se dice en ningún momento de la película de dónde sacaban las máquinas los alimentos necesarios para mantener con vida a sus esclavos humanos. En ausencia de energía solar o de otro tipo, no podrían cultivarlos.

En conclusión: las máquinas superinteligentes de Matrix no eran tan inteligentes. A mí se me ocurren otras fuentes de energía que podrían haber utilizado de forma más eficiente para asegurar su supervivencia, como la de las mareas o la geotérmica. Al fin y al cabo, según la película, la corteza terrestre ya estaba profundamente excavada, probablemente casi hasta el nivel del manto, cuyo calor se podría utilizar como fuente de energía prácticamente inagotable.

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Manuel Alfonseca