La teoría del Big Bang fue ideada en 1931 por el sacerdote belga Georges Lemaître, como consecuencia de la aplicación hacia atrás en el tiempo de la ley de Hubble-Lemaître, descubierta por Lemaître en 1927 e independientemente por Hubble en 1929. En efecto, si casi todas las galaxias se alejan, porque el espacio que las separa se expande, hace miles de millones de años debían de estar mucho más cerca, y en el límite todo el universo visible se habría reducido a un punto. Hoy se cree que esto ocurrió hace unos 13.800 millones de años.
En 1948, George Gamow, Ralph Alpher y Robert Herman hicieron dos predicciones que deberían cumplirse si la teoría del Big Bang fuese cierta: que la masa del universo debe estar constituida aproximadamente por un 75% de hidrógeno y un 25% de helio; y que debería existir una radiación cósmica de fondo con una temperatura de unos 5º Kelvin. Otros cosmólogos, sin embargo, tomaron a broma esta teoría, y para burlarse de ella le dieron el nombre de Big Bang, que no es muy apropiado, pero ha quedado fijo, quizá para siempre.
En 1951, el papa Pío XII oyó
hablar de la teoría del Big Bang, y al principio es posible que
creyera que la ciencia había conseguido demostrar la creación, pero parece que Georges
Lemaître le disuadió, porque en un discurso pronunciado en 1952 ante la Unión Astronómica
Internacional, Pío XII dijo esto:
La ciencia, aunque
progresa a pasos agigantados, jamás estará en condiciones de responder a las
preguntas finales, como la del origen de todas las cosas.
Los cosmólogos escépticos, entre
tanto, habían desarrollado otra teoría cosmológica, la del estado estacionario, que evitaba la
singularidad inicial a costa de renunciar al principio de la conservación de la
energía. En 1956, el astrónomo británico Raymond Littleton dijo en uno de sus
libros (The modern universe) que
prefería esta teoría a la del Big Bang para escapar de la
necesidad de aceptar un Dios creador. Por aquel entonces, parecía claro a
algunos científicos que, si la teoría del Big Bang fuese correcta,
la realidad de la creación sería ineludible y la ciencia habría demostrado la
existencia de Dios.
Robert Jastrow |
Durante los años sesenta, las dos
predicciones realizadas en 1948 fueron comprobadas experimentalmente y se
convirtieron en predicciones acertadas
sorprendentes. Por ello, durante los años setenta la teoría del Big
Bang se convirtió en la teoría cosmológica estándar, y la del estado
estacionario fue abandonada. En 1978, el astrónomo Robert Jastrow,
presidente del Comité de Exploración Lunar de la NASA, escribió esto en su
libro de divulgación God and the Astronomers:
El científico ha escalado
la montaña de la ignorancia... mientras se iza sobre la última roca, le saluda
una banda de teólogos que llevaban siglos sentados esperándole.
En ese momento los científicos
ateos estaban desolados: su ideología, que se apoya en la afirmación de que
Dios no existe, parecía venirse abajo. Sin embargo, cuarenta años después, han
conseguido inculcar en gran parte de la población, que no sabe casi nada de
ciencia, la idea de que la teoría del Big Bang demuestra que Dios
no existe. ¿Cómo lo han conseguido?
- Sosteniendo que el Big Bang no fue el verdadero
principio, pues el universo habría surgido como una fluctuación cuántica
de un vacío anterior. Para ello se apoyan en el principio de incertidumbre
de Heisenberg, y para poder aplicarlo sostienen que la energía total del
universo es cero. Esta afirmación no es científica, porque (al menos por
ahora) es imposible demostrarlo. Por otra parte, al decir esto no han
hecho más que desplazar el problema, que pasa a ser: ¿de dónde salió ese vacío? Para disfrazar
la cuestión y dar la sensación de que tienen todas las respuestas, en vez
de hablar del vacío dicen la nada,
lo que es una aberración filosófica, porque la nada no
existe y de ella nada puede salir.
- Inventando una plétora de teorías del
multiverso sin validez científica, cuyo objetivo es intentar
dar respuesta al problema del ajuste fino:
la constatación de que las constantes físicas del universo parecen ajustadas
de forma crítica para hacer posible la existencia de la vida. En artículos
anteriores he indicado por qué ninguna de estas teorías es capaz de
resolver el problema del ajuste fino.
- Utilizando los medios de comunicación de masas, predominantemente
ateos, para difundir entre el público incauto y poco preparado la idea falsa
de que la teoría del Big Bang, en vez de plantear un
problema para el ateísmo, lo favorece.
He titulado este artículo El secuestro del Big Bang porque no me parece
correcto que se recurra a mentiras y tergiversaciones para convencer a la gente
de que unas ideas son mejores que otras. Se trata de los típicos procedimientos
engañosos y manipuladores utilizados por Joseph Goebbels, ministro de propaganda
de Hitler. Desde luego, no es una postura científica, ni siquiera filosófica,
porque no se intenta convencer con razonamientos y argumentos, sino con mantras
y consignas.
Hilo Temático sobre Ciencia y Ateísmo: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Me quedo con Georges Lemaître y Pío XII: La ciencia, aunque progresa a pasos agigantados, jamás estará en condiciones de responder a las preguntas finales, como la del origen de todas las cosas.
ResponderEliminarEl Big Bang tiene muy poco que ver con el sentido metafísico de creación: dar el ser y sostener en el ser. El Big Bang ni apoya ni desmiente la idea cristiana de creación.
Correcto. Me parece bien que se siga investigando sobre si hay algo antes del Big Bang o no, pero es absurdo pretender que estas teorías apoyan el ateísmo.
EliminarNos parece muy acertado, sobre todo el final del artículo, pues algunas gentes estamos empezando a hartarnos de tanta manipulación. Para negar a Dios vale todo sin el más mínimo pudor intelectual. Muchas gracias.
ResponderEliminarMe han pedido una aclaración respecto a un artículo publicado recientemente (https://www.larazon.es/ciencia/20220131/couoyzr4ovedlgqgizvefabcba.html) con el titular "Diseñan una poderosa inteligencia artificial capaz de diseñar otras inteligencias artificiales".
ResponderEliminar1. Lo que llaman "inteligencia artificial" es en realidad una red neuronal artificial (ver mi artículo Redes neuronales artificiales. No hay ahí más inteligencia que el algoritmo que se emplea para ajustar sus parámetros, que ha sido diseñado por un ser humano.
2. Lo que dicen de "diseñar otras inteligencias artificiales" no es tal. Lo que se supone que hará esta red neuronal es ayudar a ajustar los parámetros de otra otra red neuronal. Ni más, ni menos.
3. El titular correcto habría sido: "Diseñan una red neuronal artificial que ayudará a ajustar los parámetros de otras redes neuronales artificiales".
Como de costumbre, los medios no hacen otra cosa que difundir humo y confundir a la gente.
Temo que invocar a Hitler y Goebbels, aparte de menoscabar el dolor, es lanzar una bomba atómica intelectual: aniquila matices y silencia el debate. A la racionalidad es desprecio .
ResponderEliminarNo trataba de establecer comparaciones ideológicas, sólo en el procedimiento. Por supuesto, no sólo los nazis lo aplicaron, se aplica mucho, aunque se suele mencionar a Goebbels como el primero que lo definió claramente.
EliminarAlgunos dicen que no es tal paradoja si se sabe algo de los números transfinitos de Cantor. Tal vez pueda hacer un artículo explicando esto.
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