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Thomas Robert Malthus |
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Desde los albores
del siglo XIX, los anuncios apocalípticos sobre el aumento imparable de la
población mundial se han sucedido sin tregua. En 1798, Thomas Robert Malthus
publicó
Ensayo sobre el principio de la población, en cuanto afecta a la mejora
futura de la sociedad.
Este ensayo contiene la famosa cita:
Si aceptamos mis postulados, afirmo que el poder de
la población es infinitamente mayor que el poder de la Tierra para producir
subsistencia para el hombre.
La población, si no se controla, aumenta como una
progresión geométrica. La subsistencia aumenta sólo en
progresión aritmética. Un ligero conocimiento de los números mostrará la inmensidad de la primera potencia en
relación con la segunda.
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Curva logística |
En 1838, como
reacción contra el catastrofismo de Malthus, Pierre François Verhoult propuso
en su
Nota sobre la ley de crecimiento de la población que esta no
aumenta en progresión geométrica, sino siguiendo una
curva
logística (véase la figura). En
otros
artículos de este blog he hablado ya de esa curva, que suele describir bien
los procesos de crecimiento que se dan en la naturaleza.
A pesar de ello, en
el primer informe del Club de Roma (
Los
límites del crecimiento, 1975) se volvió a tocar la nota del
catastrofismo al mantenerse las previsiones de Malthus de crecimiento
exponencial (en progresión geométrica), sin tener en cuenta los estudios de
Verhoult.
En ese contexto,
algunos políticos y movimientos sociales presentaron los medios anticonceptivos
y el aborto provocado como medidas inevitables para salvar a la humanidad de la
catástrofe de la superpoblación.
Sin embargo, las
previsiones actuales son muy diferentes. En 2012 la ONU publicó los datos del crecimiento de la población mundial desde 1950 hasta 2010, en
los que se constataba que últimamente la tasa de crecimiento ha venido disminuyendo,
y que el punto de inflexión del crecimiento, que cada vez se parece más a la
curva logística, se atravesó hacia 1985. Partiendo de esos datos, la ONU ha
realizado varias estimaciones del aumento futuro de la población mundial, de
las que la más optimista (la que corresponde a un valor menor) predice que hacia
el año 2050 se alcanzaría un máximo de unos 8300 millones de personas y a
partir de ahí empezaría a disminuir.
A partir de esos
datos, y de otros previos menos detallados que cubren el lapso entre 1900 y
1950, los autores de este artículo hemos aproximado el crecimiento real de la
población mundial y su extrapolación hasta 2050 mediante la siguiente expresión
matemática:
La figura adjunta
compara los datos de la ONU (reales y previstos, en rojo) con los que se
obtienen de la ecuación anterior (en azul). Después hemos estimado cuál hubiera
sido el desarrollo de la población mundial si no se hubiesen aplicado políticas
antinatalistas desde los años setenta. Hemos obtenido los siguientes resultados:
el punto de inflexión habría tenido lugar unos cinco años más tarde, en 1990. Y
hacia 2075 la población habría alcanzado un máximo de unos 9000 millones: 700
millones de personas más, unos veinticinco años después.
La conclusión
inevitable es que las políticas antinatalistas no dan los resultados previstos.
Esto se ha hecho tan evidente en China, que les ha llevado a acabar con la
política del hijo único. Los cientos de millones de niños sacrificados en el
altar de Moloch no lo han sido para salvar a la humanidad, sino para que nos
toque un poco más, durante un poco más de tiempo. No nos extrañemos si la
posteridad nos acusa de barbarie por permitir el aborto provocado
en
contra de toda la evidencia científica, del mismo modo que nosotros
acusamos de barbarie a nuestros antepasados por haber permitido la esclavitud.
Manuel Alfonseca
Julio A. Gonzalo