Descarga de la consciencia

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Si pudiéramos descargar nuestra consciencia en un ordenador o en un robot, seguiríamos viviendo indefinidamente dentro de él y, por lo tanto, alcanzaríamos la inmortalidad. Esto es lo que sostienen algunos futurólogos y los partidarios del transhumanismo. Pero ¿hay alguna posibilidad de que esto llegue a hacerse realidad?

Si esto fuera posible, por añadidura, se podrían mantener copias de seguridad. Así, en caso de accidente, se podría recuperar al difunto y volver a ponerle en funcionamiento con una pérdida de memoria mínima. Como de costumbre, la ciencia-ficción ya se había adelantado, como en la novela de Cory Doctorow Down and out in the Magic Kingdom.

En el artículo anterior de este hilo, señalé que el cerebro no es susceptible de ser sustituido, por lo que un cíborg no podría ser inmortal. Pero si este cuarto método fuese factible, entonces un cerebro humano podría reemplazarse por un ordenador en el que se hubiese descargado su consciencia, venciendo así la dificultad señalada.

Veamos, pues, el cuarto método. ¿Podremos algún día descargar nuestra memoria y nuestra consciencia en un medio material distinto de nuestro cerebro? En el momento actual, la respuesta tiene que ser, evidentemente, negativa, por una razón que puede expresarse sucintamente con unas pocas palabras:

Si no sabemos qué es la consciencia, ¿cómo vamos a descargarla?

La cuestión, entonces, es si alguna vez llegaremos a saber hacer esto que ahora no sabemos hacer. Como he dicho en otros artículos, el problema, más que científico, es filosófico. Existen cuatro teorías filosóficas que tratan de resolver (entre otras cosas) el problema de la consciencia:

1.      Monismo reduccionista o funcionalismo biológico: Esta filosofía materialista sostiene que la mente está totalmente determinada por el cerebro, y este por la red de neuronas que lo constituye. El pensamiento humano es un epifenómeno. La libertad de elección es una ilusión. Somos máquinas programadas.

2.      Monismo emergentista: la mente es un producto evolutivo emergente autoorganizado, que ha surgido en un sistema extremadamente complejo (el cerebro) a partir de sistemas más simples formados por las neuronas. Esta filosofía sostiene que las estructuras subyacentes no determinan por completo la evolución de los fenómenos mentales, pero que estos sí pueden influir sobre aquellas. Esta filosofía también es, en el fondo, materialista.

3.      Dualismo neurofisiológico: la mente y el cerebro son diferentes, pero están tan íntimamente unidos que actúan como una unidad; son dos estados complementarios y únicos de un mismo organismo.

4.      Dualismo metafísico: la mente y el cerebro son dos realidades diferentes. La primera es una sustancia espiritual y no espacial, capaz de interaccionar con el cerebro, que es material y espacial. Ambas entidades pueden existir independientemente la una de la otra, aunque el cuerpo sin la mente acaba por descomponerse.

¿Será posible descargar la consciencia? Depende de cuál de estas cuatro filosofías sea la verdadera. Si fuese el monismo reduccionista, debería ser posible en un plazo no muy largo; con el monismo emergentista también sería posible, pero se tardaría mucho en conseguirlo; en el caso del dualismo neurofisiológico, probablemente será imposible; finalmente, si fuese cierto el dualismo metafísico, dicha descarga será, sin duda, totalmente imposible. En cualquier caso, antes de poder descargar la consciencia humana en una máquina, sería necesario, como condición previa, conseguir construir máquinas conscientes, o sea, la Inteligencia Artificial Fuerte.

Hablé en otro artículo de La Premisa Oculta. En el fondo, la elección entre estas cuatro filosofías depende de lo que uno piense sobre la existencia de Dios. Si Dios no existe, el materialismo sería verdadero. Las experiencias religiosas de muchos seres humanos serían alucinaciones, y en un mundo así la consciencia sería un epifenómeno que se podría reproducir y descargar a voluntad, aunque ahora estemos muy lejos de ello. En cambio, si Dios existe, el monismo tiene que ser falso; en el universo habría dos elementos independientes: materia y espíritu; una de las dos formas del dualismo sería cierta; y descargar la consciencia sería probablemente imposible.

Como he dicho tantas veces en estos artículos, la ciencia no puede demostrar que Dios existe, ni que Dios no existe. Por lo tanto, lo más probable es que ningún avance científico consiga cortar el nudo gordiano. En mi opinión, ni vamos a descargar la consciencia de un ser humano en un ordenador o en un robot, ni tampoco será factible su condición previa: la inteligencia artificial fuerte. 

Por supuesto, que esto no se logre no probaría nada, ni en un sentido, ni en el otro. Los monistas podrán seguir anunciando que estamos a punto de conseguirlo. Y los dualistas podremos seguir afirmando que jamás se conseguirá. Y si por casualidad se logra construir robots conscientes, mi novela de ciencia-ficción Operación Quatuor ofrece argumentos a los dualistas para que, a pesar de ello, puedan mantener su postura filosófica.

Finalmente, puesto que el universo llegará indefectiblemente a su fin (véase este artículo), la respuesta a la pregunta de si conseguiremos ser inmortales tiene que ser negativa, en cualquier caso.

¿De verdad queremos ser inmortales? Yo diría que algunos de nosotros sí, pero no aquí, en este mundo, sino en otro mejor que este. Escribí sobre esto en un artículo de este blog. Pero eso no es ciencia.

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Manuel Alfonseca

9 comentarios:

  1. Espléndida entrada. Una más. Sí, también a vueltas con la IA, acabamos topándonos con la idea de Dios, de su existencia o inexistencia, una cuestión que la ciencia, en efecto, no puede acometer. Aprovecho para desear a Manuel Alfonseca y a sus numerosos seguidores una feliz entrada y salida de año. Y que en 2023 podamos seguir disfrutando de este excepcional y necesario blog.

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  2. Para que se pueda descargar la consciencia en un ordenador hay que asumir primero como hipótesis que la cantidad de información contenida en la consciencia es finita, por grande que sea. Y esta hipótesis no solo no está demostrada, sino que es muy poco plausible.

    La representación del estado de una entidad cualquiera mediante una cantidad discreta de información requiere realizar aproximaciones y simplificaciones, por tanto siempre ocurre una cierta pérdida de información. A veces esta pérdida de información es poco relevante (como cuando aceptamos escuchar música con menos calidad), pero no se puede asumir alegremente lo mismo en el caso de la mente y el cerebro.

    Además, este argumento es independiente de cuál de las cuatro teorías filosóficas se asuma. Por muy materialista o ateo que sea uno, si reconoce que la cantidad de información necesaria para representar la consciencia es infinita, entonces deberá admitir que la descarga de la consciencia en un ordenador es imposible.

    Más detalles aquí: Libre albedrío y transferencia mental.

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    1. Este argumento parte de la base (teorema 1) de que un ser humano es libre, mientras una máquina no puede serlo. Pero el monismo reduccionista niega que un ser humano sea libre, por lo que automáticamente negará tu teorema 1, y por tanto la conclusión (que la cantidad de información contenida en la consciencia es finita).

      En consecuencia, no estoy de acuerdo con que tu argumento sea independiente de cuál de las cuatro teorías filosóficas se asuma, pues un monista reduccionista lo negará automáticamente.

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    2. El argumento que expongo con más detalle en mi blog (y en el artículo académico asociado) tiene dos partes. La segunda, efectivamente, concluye que es imposible la representación de una entidad libre como una secuencia finita de bits.

      Pero la primera parte, que es independiente, no parte de la premisa de la libertad, sino simplemente de lo que implica el proceso de digitalización, que es la inherente pérdida de información, y por tanto la imposibilidad de representar con toda exactitud cualquier sistema que no sea en sí mismo discreto.

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    3. Sin embargo, en el artículo de tu blog dices que tu conclusión es esta:

      Teorema 4. Una mente libre no puede ser transferida digitalmente.

      Entonces, para un monista reduccionista, que niega que existan mentes libres, tu teorema no será aplicable en ningún caso, por lo que no aceptará tu argumento. Esto es lo que yo quería decir en mi comentario anterior.

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    4. Sí, esa es una conclusión, la más explícitamente tratada en el artículo. Pero no es la única conclusión. La otra está implícita.

      Para un determinista negador de la libertad, la segunda parte del argumento no le convencerá de la imposibilidad de la descarga de la mente. Pero la primera parte sí debería convencerle, o al menos enfrentarle a una "duda razonable" que no puede despachar tan fácilmente.

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  3. Si fuera posible transferir la consciencia a un ordenador, y este fuera capaz de ejecutar las instrucciones para emular tu consciencia en soporte digital ¿quién serías tú? A partir de que se empieza a ejecutar el algoritmo de tu consciencia empezaría a diverger de la consciencia biológica ¿realmente alcanzas la inmortalidad o sigues sujeto a los caprichos de tu cuerpo biológico?

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  4. Si en el cerebro hay memoria lenguaje viision olfato tacto etc como podria sobrevivir mediante un alma todo esto a la muerte en un mas alla?

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    1. Una parte de mis ideas respecto a esto salió en este artículo del blog: El multiverso teológico.

      Añado que no es preciso pensar que el alma ha de existir fuera de un cuerpo. Eso sería dualismo cartesiano. Pero hay otras formas de dualismo, como explico en este mismo artículo.

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